Una caracterÃstica fundamental de todos los equipos, y de los vÃnculos en general, es que, por su naturaleza, van a tender a separarse. ¿Qué significa esto? Que, si uno no realiza nada para mantenerlos unidos, la naturaleza hará lo suyo.
Mantener un equipo cohesionado requiere de una acción constante, deliberada y atenta a las necesidades de cada momento. Si seguimos la lógica de un sistema, sabremos que cualquier cambio en alguna de sus partes afectará a su totalidad.
Hoy nos encontramos en una situación de cambio sistémico que ha repercutido no sólo en alguna de sus partes, sino en todas a la vez. Creer que podemos seguir funcionando igual que antes sin herramientas de ajuste y adaptación es un grave error.
Si bien antes de la pandemia podÃamos estar gestionado un equipo con altos niveles de cohesión, tenemos que contemplar que este cambio en el sistema inevitablemente va a repercutir en las interacciones de los miembros de ese sistema y, por ende, en su sinergia.
Por eso, mientras se ajustan los objetivos en pos de las tareas correspondientes, no está de más sumar herramientas para la generación de un equipo nuevamente. Volver a apostar a la empatÃa y confianza entre sus miembros parece una distracción en tiempo de crisis, pero en realidad pondrá las bases sólidas para enfrentarla.
La cohesión de un equipo va a tener dos pilares fundamentales: uno es la confianza y el otro, un objetivo en común. Apostar al conocimiento de la realidad del otro, de cómo está viviendo esta situación, de qué miedos están presentes frente a la incertidumbre laboral y social, no solo aporta a la salud y al cuidado de todos y entre todos, sino que también tendrá sus beneficios ejecutivos.
La creación de un objetivo en común es la estrategia más inteligente en tiempos de crisis. Comprender y concientizar entre todos cuáles son las prioridades pondrá un foco estable entre tanta inestabilidad.
Pero la imposición de objetivos mediante premios/castigos solamente, sin la creación de conciencia, no solo es cortoplacista sino que también puede generar el objetivo contrario, la rebeldÃa.
Sobre todo en tiempos donde la emocionalidad está a flor de piel, la incertidumbre laboral está en vÃas de mostrar sus primeras consecuencias y nuestros equipos están diseminados a la distancia.
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