¿Qué buscamos a la hora de proponernos metas ideales? Para responder este interrogante debemos partir de la premisa que para descubrir nuestras metas ideales inevitablemente tenemos que detectar cuáles son nuestras pasiones, sentido de vida y lo nuclear de nuestros valores. Porque a fin de cuentas nuestras metas ideales reflejan los infinitos ¿límites? de nuestro potencial.
Richard Boyatzis, investigador especializado en cambio organizacional y creador de la teoría del cambio intencional afirma que “en el momento en que una persona se apropia de sus deseos más profundos, está lista para enfrentar la conciencia, a veces incómoda, de cómo se está enfrentando al mundo, en términos de lo que se llama el Self Real.”
Pasando en limpio, por un lado tenemos nuestro potencial ideal y, por el otro lado, lo que podríamos denominar como el potencial real. Proponerse una meta ideal es el primer paso para reconocer la distancia entre quienes somos y quiénes queremos ser. El bienestar personal va a estar en la capacidad de la persona de encontrar el sano equilibrio de la tensión creativa constante que existe entre ambos.
El escritor Eduardo Galenao sé refiere a "la utopía como aquello que está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte sé corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.
Plantear el concepto de ideal de mi potencial nos permite desafiar los límites de nuestro potencial real. Por lo tanto a la hora de establecer metas ideales tenemos que ser conscientes que estamos hablando de una utopía, ya que el principal objetivo de establecer este tipo de metas no es para llegar sino para caminar.
DETECTAR MI POTENCIAL IDEAL
El primer paso para hacer un cambio intencional es definir nuestro potencial ideal formando una idea clara de lo que nos gustaría lograr. Pensar en nuestras aspiraciones y clarificar las metas a corto y largo plazo jugando con la utopía, aceptando que nunca será posible pero reconociéndola como un constante motor de cambio.
DETECTAR MI POTENCIAL REAL
Nuestra fortalezas son energizantes cuando se alinean con nuestros valores. Las personas que usan sus fortalezas todos los días tienen seis veces más probabilidades de desarrollar una mentalidad de crecimiento (Gallup). "Desarrollar las fortalezas de las personas es un enfoque mucho más efectivo para mejorar el desempeño que tratar de mejorar las debilidades."
CREAR UN PLAN DE APRENDIZAJE
Para desarrollar una mentalidad de crecimiento que nos permita reducir la brecha entre nuestro potencial ideal y nuestro potencial real es necesario crear un sistema de desarrollo que, como plantea Mihály Csíkszentmihályi, cree una estructura de hábitos que nos ayude a mantener nuestro foco de atención en lograr nuestros objetivos a largo plazo.
A la hora de desarrollar nuestro potencial, la importancia del foco parece ser uno de los puntos fundamentales a tener en cuenta como plantea Eric Barker, autor del libro Barking Up The Wrong Tree. "Tu felicidad está determinada por cómo asignas tu atención. A lo que prestas atención impulsa tu comportamiento y determina tu felicidad."
En conclusión la atención, según el autor, es aquello que mantiene unida nuestra vida por lo tanto, cambiar un comportamiento y desarrollar nuestro potencial se trata tanto de retirar la atención de lo negativo como de prestar atención a lo positivo.
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